miércoles, 9 de noviembre de 2011

El sentirse enamorados es lo más bonito del mundo.

¿Cuántas veces creemos estar enamorados?, ¿de cuántas personas nos hemos enamorado creyendo que quizás esa será la persona "perfecta"?, quizás la que cubre todas nuestras expectativas, aquella que es especial porque en sus ojos notamos un brillo un tanto sutil, aquel brillo que solo nosotros podemos percibir. Cuántas veces hemos sentido la sensación de mariposas en el estómago, y ese vértigo solo al verle, y no se diga de aquel corazón que solo está buscando la manera de salir de nuestro pecho con el simple hecho de oler ese sublime perfume que a él le va perfecto
Es una sensación inexplicable el sentirse enamorados, todo a nuestro alrededor es perfecto cuando él esta a nuestro lado, hablándonos de todo y a la vez de nada; el cielo, el mar, la luna no existen cuando miras sus ojos y descubres que no necesitas más que tenerlo a el para ser feliz!!!! El tiempo se extingue cuando estamos enamorados, los problemas se van y nuestro mundo marcha a la perfección. Pero, que ocurre cuando, ¿desgraciadamente vuelves a tu realidad? El mundo junto con tus problemas te siguen esperando, pero él ya no. Se fue llevándose con el todas tus ilusiones, dejándote más sabia pero con tantas heridas que crees que será imposible intentarlo de nuevo.
Yo creo que la búsqueda de nuestro complemento existe para eso, para aprender, para amar y equivocarnos, para tener confianza y para conocer la fe, para darnos cuenta que vale la pena brindar y dar amor. Porque algún día nos detendremos por un momento y miraremos al pasado y nos daremos cuenta de que dejamos un pedacito de nuestro corazón, de nuestra esencia en alguna persona y que la enseñamos a confiar y que ella nos enseñó que en la vida hay cosas que realmente vale la pena y una de ellas es amar. Por eso si tienes la oportunidad de ayudarle a un "alguien" a enmendar sus errores o a curar sus heridas no lo dudes por que tú apareciste en el camino de esa persona por que ella necesita de ti, de tu fuerza y tu sabiduría para seguir luchando. No dudes, mejor arriésgate y verás que por mínimo que sea lo que recibes habrá valido la pena. Toma su mano y muéstrale los lugares más recónditos del mundo, enséñale que se puede mirar detrás de la luna y que el universo es pequeño en comparación del que existe en sus ojos.